lunes, 9 de febrero de 2009

La clase y la categoría

Me reafirmo en lo dicho en el post anterior sobre el entrenador del Betis. Sr. Chaparro, le he perdido todo el respeto que le tenía, y era mucho.

Después de los gestos durante el partido, encima dice el tío que le tiene un respeto enorme a la afición del Sevilla. Al menos podría reconocer su error, como los hombres, pero no...




Pues nada... ahí queda. Cada cual que juzgue la categoría de unos y de otros.

Estas son las cosas que no me gusta ver en nadie del Sevilla F.C. Y espero no verlas nunca.

domingo, 8 de febrero de 2009

A mí me daría vergüenza

Lo digo sinceramente, y una vez en frío. Pero es cierto. Si yo fuera bético, a mí me daría vergüenza ver como ganó ayer mi equipo el derby. Y si hubiera sido el Sevilla lo diría igual. Si algo no me gusta, lo digo. Y lo de ayer fue vergonzoso.

Para que haya más datos: esto lo dice una persona que se marchó del Sánchez Pizjuan antes de que terminara el partido en un Sevilla - Oviedo donde los profesionales (?) (demostraron no serlo ninguno, salvando al portero Luque, que sí demostró merecer llevar ese escudo en la camiseta) del Sevilla F.C. se dejaron perder con el Real Oviedo, simplemente porque eso perjudicaba al segundo equipo de la ciudad. Y además teniendo aún el Sevilla opciones matemáticas de salvación, que desaparecieron ese día con la derrota. Bueno, pues eso que hizo mi equipo me pareció lamentable, y a mí me dio vergüenza.

Pues exactamente igual digo hoy que me daría vergüenza si mi equipo ganara como lo hizo ayer el Betis.

Todo comenzó con un Chaparro (señor Chaparro, ha perdido usted todo el respeto que le tenía, y le aseguro que era mucho) calentando el ambiente con un objetivo claro: "Voy a dar órdenes de que mis chicos vayan a partir piernas, y necesito la complicidad del árbitro para no quedarme con ocho jugadores sobre el campo". Y la jugada le salió perfecta.

No entiendo por qué a los árbitros se les llama jueces de la contienda, cuando lo que son es responsables de respartir INJUSTICIA. Aunque viendo el estado de la justicia en nuestro país, sí que se puede entender.

Bueno, pues un Betis que debió ver cómo le expulsaban a los 10 minutos a Oliveira (increíble lo de este jugador. Uno de los más marrulleros de la historia del segundo equipo de la ciudad, se va a otros equipos y demuestra tener calidad, vuelve y de nuevo se transforma en marrullero) por una entrada criminal a Palop que, evidentemente, era roja directa (salvo para el "juez" de la contienda). Ahí empezó una persecución criminal a nuestros jugadores, raramente castigada.

Y como siempre, el árbitro se dedica a favorecer al equipo ruín que se dedica a destruír fútbol, a dar leña y a afear el partido, y a perjudicar al equipo que quiere jugar y dar espectáculo.

Partido dominado con una autoridad insultante por el Sevilla F.C., que cambia radicalmente cuando expulsan a Duscher por una entrada en la que despeja el balón (ojo, la primera tarjeta amarilla era de libro, pero la segunda...). Eso es justicia. Después de tantísima leña, el equipo que se queda con 10 es el Sevilla.

Y a partir de ahí, el desenlace del partido. Dos contras y dos goles.

El año pasado los árbitros nos favorecieron con el gol de Luis Fabiano con la mano. Lo reconozco. Es verdad.

Este año, en el Manuel Ruíz de Villamarín nos dejaron de pitar un penalti clamoroso a Adriano (ya nadie de acuerda, ¿verdad?), y en la Fábrica de Sueños sevillista,... bueno,... lo que todos pudimos ver ayer.

Los jugadores lo dieron todo después de la paliza copera. Felicidades a ellos, y repito... a los que ganaron... A MI ME DARIA VERGÜENZA.

jueves, 5 de febrero de 2009

Medio partido de fútbol

Hace tiempo que no escribo en el blog por falta de tiempo, pero esta noche mi Sevilla se merece que haga el esfuerzo de reconocer el magnífico trabajo realizado en la ida de las semifinales de la Copa del Rey.

Un partido que nunca se debió haber jugado, al menos no haber comenzado cuando lo hizo. El arbitraje del señor (?) Velasco Carballo fue demencial. Una vergüenza. Y su primer gran error fue comenzar un partido con un cesped anegado, donde era imposible jugar al fútbol. Por suerte, en todo el primer tiempo no hubo ningún lesionado, pero desde luego fue un milagro. Y de fútbol,... nada. Cualquier parecido con un partido de fútbol hubiera sido mera coincidencia. Era imposible. Bastante hicieron los dos equipos, pero evidentemente el beneficiado era el Athletic, al que le venía bien perder tiempo, y además tuvo la suerte del gol justo antes del descanso.

Bueno, la suerte... ¡Por Dios! Otro gol que nos hacen a balón parado. ¿Es que no se puede poner solución a eso? Son demasiados goles así, ¿no?

Como digo el arbitraje demencial. Como casi todos los árbitros, favoreciendo al equipo marrullero, favoreciendo las pérdidas de tiempo, pitando peligro en cada jugada de ataque,... sinceramente me ha parecido desastroso.

Por lo demás... grandísimo mi Sevilla. En el segundo tiempo, con un césped practicable, el Sevilla estuvo a años luz de un Athletic que, sinceramente, me defraudó muchísmo. Aunque bien es cierto que tuvieron sus ocasiones. Pero fue un equipo excesivamente conservador. El Sevilla, en cambio, demostró lo que se ha echado de menos en otros partidos... ganas, empuje, ambición...
  • Grandísmo Lautaro Acosta. Creo que es un jugador que le va a dar mucho, pero mucho, al club más grande de Andalucía.
  • Excepcional Kanouté, creando siempre peligro. Y lanzando el penalti muy bien. Estas cosas a veces pasan, pero el penalti estaba bien lanzado.
  • Increíble Jesús Navas. Cada día es más determinante. Increíble que siga sin ir a la selección (y no creo que sea porque él no quiera).
  • Magnífico Don Aquivaldo Mosquera. En esta ciudad nuestra, como mucha gente no tiene vergüenza, nunca rectificarán aquellos impresentables que tanto lo han criticado. Pero bueno, él responde dando la cara. Es de valorar.
  • Segurísimo Palop. Que maravilla de portero... Otro que no sé por qúé no está en la selección.
  • Y, en general, todos jugando muy bien, como un verdadero equipo, luchando y peleando cada balón.

Esperemos que el partido no pase demasiada factura para el partido del sábado, porque la paliza que estos chicos se han pegado ha sido impresionante, en un terreno tan pesado, y las piernas lo deben notar.

Por eso, desde aquí, aplaudo a este maravilloso equipo que tantas alegrías nos ha dado a los aficionados sevillistas, y tantas alegrías nos tiene que dar todavía.

Para terminar, sólo decir que nos hemos convertido en un equipo grande de España desde la humildad. No perdamos nunca esa humildad, porque así es como seguiremos siendo cada día más grandes. Trabajando duro y respetando a todos los rivales (el ejemplo de Rafa Nadal creo que es fantástico como modo de actuar, desde la modestia y el trabajo bien hecho).

Tendremos que afrontar, por tanto, el partido de vuelta (que aún queda muy lejos), desde el máximo respeto al Athletic Club de Bilbao.