miércoles, 30 de junio de 2010

El triunfo de la antideportividad

Desde luego, cada día existe menos relación entre la deportividad y el éxito en la inmensa mayoría de los deportes.

Lo del fin de semana pasado en el circuito de Valencia fue, una vez más, un fracaso de la deportividad, como viene siendo habitual en este deporte en los últimos años, especialmente con un piloto determinado al que todo se le aguanta, todo se le permite, e incluso, como el otro día, todo se le premia.

Probablemente dejaré a partir de ahora de ver la Fórmula 1. Y yo soy de los que siguen este deporte (bueno, esta pantomima de deporte, ya) desde cuando nadie lo hacía. Cuando el piloto español que corría era Adrián Campos, y no quedaba precisamente el primero. Pero visto lo visto, no tiene sentido ver algo que no tiene mucho que ver con el deporte.

Con todo esto ¿qué se quiere transmitir? Pues que aquel deportista que tiene una actitud menos deportiva en lo que realiza, tendrá muchas más probabilidades de éxito.


Es así de claro, y así de triste.

Y se da en otros muchos deportes, especialmente los más mediáticos. Sin ir más lejos, en el Mundial de fútbol que se está celebrando, hemos podido ver actitudes de jugadores "nuestros", de la selección española, que no son precisamente modelo de nada, como Torres o Capdevilla, que fingiendo una agresión han provocado la expulsión del contrario. La última, la de Capdevilla, hoy mismo en el partido contra Portugal, a la que hemos ganado con un gol en fuera de juego que nadie comenta, porque no interesa. Y estos futbolistas, gracias a esas actitudes, tienen el premio de ser verdaderos ídolos en nuestro país. Impresionante, ¿verdad?

Como digo, lo peor de todo es que estas actitudes proliferan en deportes con un fuerte impacto mediático, y son incluso premiadas por muchos periodistas, que convierten a estos impresentables del deporte en verdaderas figuras, en verdaderos modelos a seguir.

Y yo me pregunto (y esto es lo que más me importa y preocupa del tema): Después de estas actitudes y las consecuencias que tienen, ¿cómo les explico yo a mis hijos las bondades de actitudes como la deportividad, el juego limpio o el compañerismo? ¿cómo les explico que con ese tipo de actitudes conseguirán ser los mejores en el mundo del deporte?

¿Cómo se lo explico si, entre otras cosas, es mentira?

viernes, 28 de mayo de 2010

Lo han vuelto a hacer

Hace tiempo que cuento una anécdota que ocurrió en un telediario de Telecinco. No es más que el reflejo de la hipocresía y la subjetividad que imperan en este país, y por extensión, en sus medios de comunicación (o quizá sea al revés, no sé).

El caso es que salió una noticia en tono muy crítico, denunciando la práctica de algunos dueños de perros de caza de, una vez terminada la temporada, ahorcarlos en árboles o dejarlos atados hasta que mueran de hambre. Al reportaje, muy bien elaborado por cierto, y con imágenes bastante duras, le sucedió la noticia de la última corrida de San Isidro, y el "arte" con el que los toreros que participaron habían ajusticiado a las reses. A mí me dejó helado. Supongo que a muchas otras personas no.


Pues hoy ha vuelto a suceder. Ponen, también en Telecinco, un reportaje denunciando la escasa normativa que existe en este país para proteger los derechos de los animales, en comparación con otros países europeos que están a años luz de nosotros en sensibilidad en este ámbito. Ponen de ejemplo el trabajo que hace una protectora de animales para perseguir a dueños de perros que los tienen en condiciones lamentables de cuidado e higiene. Y dos noticias más tarde, se mofan del susto que se llevó en el día de ayer el presidente del At. Madrid cuando un toro se fue contra las vallas y estuvo a punto de saltar en el punto que este hombre se encontraba.

Y es que el ajusticiamiento de un animal en una corrida de toros debe ser muy gracioso.

jueves, 20 de mayo de 2010

Va por ti, Antonio

Hoy, por fin, y en el mejor momento, sí se ha visto al Sevilla de las grandes ocasiones. Ante un equipo enormemente motivado y que ha jugado bastante bien al fútbol, el equipo más grande de Andalucía le ha echado la casta suficiente para sacar adelante una final que nos lleva, a la mayoría de sevillistas, a conocer nuestro sexto título. En la vida hubiéramos soñado algo así hace 10 años.

Y al equipo lo han llevado en volandas una afición como no hay ninguna otra, que se ha volcado y se ha desplazado más de mil kilómetros para acudir a la encerrona del Camp Nou. Encerrona en el sentido de que la Federación Española de Fútbol haya elegido de manera vergonzosa esa sede, que beneficiaba enormemente a una afición, la del At. Madrid, y perjudicaba enormemente a la nuestra. Pero ahí ha estado la afición sevillista respondiendo.

Y también en volandas, estoy seguro, ha llevado al equipo nuestro querido Antonio Puerta, que desde el tercer anillo ha dado las alas a nuestros jugadores para que corrieran, lucharan y se dejaran el alma en este partido. Y todos se han acordado de Antonio. Este título, por supuesto, también es suyo.



Buen planteamiento de Antonio Álvarez en el día de hoy. El fútbol virtuoso sigue sin aparecer, pero ni falta que hace. Hoy había que ganar, y ha sabido perfectamente leer el partido. Y tanto mérito en este título tiene Antonio Álvarez como Manolo Jiménez. Por favor, no lo olvidemos.

Hoy sí hemos sido el equipo que dicen que nunca se rinde. Hoy sí hemos sido el Sevilla F.C. Enhorabuena, sevillistas.

domingo, 16 de mayo de 2010

Mucho que cambiar

He intentado esperar a que terminara la temporada para hacer una reflexión más profunda de todo lo que ha pasado en estas últimas semanas de Liga. Lo cierto es que lo del partido de hoy me parece que no nos lo merecíamos ningún sevillista, y la directiva tendrá mucho que analizar.

Desde que Antonio Álvarez cogió las riendas del equipo no se ha visto nada de nada. Dudo que el resultado hubiera sido peor si Manolo Jiménez se hubiera quedado. Sé que es fácil hacer este análisis a posteriori, y yo mismo reconocí tras el partido del Xerez que no tenía claro cual era la mejor solución, pero yo he terminado indignado todos y cada uno de los últimos partidos del campeonato. En algunos hemos ganado, incluso hemos goleado, pero lo cierto es que la imagen del equipo siempre ha sido la misma. Un grupo de futbolistas que no sabían a qué jugaban (dirá Antonio Álvarez que el equipo no ha tenido tiempo de asimilar sus esquemas de "juego virtuoso"), un estado físico lamentable, probablemente el peor de todos los equipos de Primera División, y un buen grupo de jugadores que no luchan, no corren, no pelean... en definitiva, que no lo dan todo por el escudo que llevan en la camiseta (de este grupo se salvan sólo un puñado, la mayoría de los canteranos y poco más).

Con esta actitud, con este espíritu y con esta fortaleza tenemos que afrontar ahora una final de Copa del Rey. Por suerte, a un solo partido puede pasar cualquier cosa, pero me da pánico pensar cómo va a ser ese partido.

Lo del partido de hoy con el Almería, repito, creo que no se lo merecía esta afición. Yo cuando terminó el partido reconozco que no podía ni siquiera estar feliz. La felicidad por el gol de Rodri rápidamente me llevó de nuevo al estado de cabreo desproporcionado que había tenido durante el resto del partido. No puede ser que en un partido en el que el Sevilla se juega tanto, el equipo salga con esa actitud "pasota" con la que salió.

No puede ser que ante un equipo de mitad de la tabla que no se jugaba nada, la sensación fuera que ellos se jugaban la vida y nosotros no.

No puede ser que un jugador se pase el partido sin oler un balón y además insultando a los colegiados hasta que lo terminan expulsando.

No puede ser que nos hayamos salvado, entre otras cosas, porque el árbitro no pitó un penalti clarísimo por manos de Stanckevicius a poco de comenzar el choque (muchos partidos nos han robado esta temporada, pero hoy hay que reconocer lo que es justo).

No puede ser que el entrenador no tenga claro lo que tiene que hacer en un partido tan crucial, sentando y levantando a los jugadores del banquillo sin saber por donde meterle mano al partido.

Y no puede ser que lo que nos haya metido finalmente en Champions sea un golazo... ¿lo habéis visto? Un GOLAZO, con mayúsculas, de un canterano de 19 años que se ha dejado la vida en el campo como si cobrara un sueldazo... lo que cobran otros que ni siquiera corren.



Esto no puede volver a pasar la próxima temporada. He dicho una y mil veces que la afición del Sevilla F.C. no se debe creer lo que no es. Que hemos llegado a donde hemos llegado desde la humildad. Y que a veces le hemos exigido al equipo más de lo debido. Puede parecer que toda esta crítica va en contra de lo que he defendido tantas veces. Pero también he dicho siempre que lo que no se le puede exigir a equipo es que gane siempre, pero lo que sí espero de los jugadores del Sevilla es que den la vida por el escudo. Después las cosas saldrán o no saldrán, los resultados acompañaran o no. Pero la actitud siempre se la voy a exigir.

De poco me sirve que le metamos 5 goles a un Racing ante el que no hicimos prácticamente nada, sino que el equipo contrario se suicidó literalmente y nos regaló el partido. Probablemente ese día cualquier equipo le habría hecho 5 goles al Racing. Porque con un partido igual de malo, ante el Valladolid, terminamos perdiendo simplemente porque ellos lucharon y corrieron 50 veces más que nosotros.

Ojala ganemos la Copa del Rey el próximo miércoles sin necesidad de que a nadie le dé un ataque al corazón como en el día de hoy. No sé si eso es un sueño.

viernes, 30 de abril de 2010

Con licencia para matar

Sucedió esta mañana. Iba caminando por la calle Tetuán para hacer unas gestiones y de pronto escucho el rugido de los motores de dos motos de la Policía Local. Me digo: "Mira, es importante que controlen que las bicicletas no circulen por aquí, que a mí ya han estado a punto de atropellarme varias veces". Pero no, casi saliendo de la calle se cruzan con un ciclista y ni siquiera le llaman la atención. No digo ya multarlo, sino al menos decirle algo. Pues nada.

Le hice una foto al ciclista para que quedara constancia de la infracción.


Un poco más adelante otra pareja de municipales tenían retenido, pidiéndole la documentación, a un chico que estaba intentando vender en la calle cinco o seis abanicos (no tenía más) que había pintado. Ya me dirás tú el daño que ese chaval le hacía a los negocios de la zona. Vamos, para hundir la economía sevillana.

Pues nada, a perseguir a los pobres que hacen lo que pueden para ganarse la vida, y licencia para matar a los ciclistas sinvergüenzas que se saltan todas las normas.

Que conste que en absoluto reprocho la actitud de los policías municipales. Sé que ellos sólo cumplen órdenes. Y el alcalde y sus socios les tienen dadas órdenes de que dejen en paz a esos ciclistas que no respetan las normas básicas de convivencia, de la que ellos tanto hablan, supongo que porque eso les quitaría votos. El chaval de los abanicos no.

Imagino que los que son irresponsables siempre terminan votando irresponsablemente. Digo yo.

jueves, 22 de abril de 2010

Deportividad

Ya escribí hace tiempo para un periódico deportivo de Sevilla un artículo sobre lo cínico que es el mundo del deporte, especialmente en aquellos deportes que mueven mucho dinero, y como la deportividad, que es lo que debería primar y a muchos se les llena la boca con esa palabra, ni existe ni se quiere que exista, porque no interesa.

En estos días se han dado varios acontecimientos que me han hecho recuperar esta reflexión. Por un lado, el niño mimado de la Fórmula 1 (inglesa), Lewis Hamilton, lleva ya dos grandes premios haciendo lo que cree oportuno, saltándose todas las reglas habidas y por haber que rigen este deporte, porque sabe que haga lo que haga él tiene "licencia para matar", como su compatriota James Bond, y no le van a sancionar de ninguna de las maneras. Es vergonzoso que las actitudes descaradamente antideportivas se este piloto se premien en vez de castigarse, pero ahí queda la cosa. Ya vivimos en la Fórmula 1 algo parecido con Michael Schumacher, en sus tiempos, que sería mejor o peor piloto, no lo sé, pero desde luego siempre recurría para ganar a las argucias más sucias que se le ocurrían, aunque a él sí lo sancionaron alguna vez (ni la décima parte de las que hubiera merecido, pero algo es algo).


En motociclismo pasa algo parecido con Valentino Rossi, que no termino de saber si es o no buen piloto, porque la mayoría de las veces gana haciendo trampas. Y llevamos dos años viendo como su compatriota Marco Simoncelli ha puesto literalmente en peligro la vida de varios pilotos y no ha sido ni muchísimo menos sancionado. Todo lo contrario. Encima le ponen la etiqueta de genio del motociclismo.

Lo peor de todo es que estos personajes se convierten en modelo, diría que incluso en ídolos, de muchos niños que intentarán imitarlos, en lo bueno y en lo malo. Y escasean, la verdad, los deportistas deportivos, valga la redundancia.

En este sentido, me gustaría destacar a una persona que cada día me gusta más, por lo centrado, lo cabal, y porque creo que encarna perfectamente el espíritu que debería dominar en el deporte, el del respeto, la modestia y la deportividad. Me refiero al entrenador del F.C. Barcelona, Pep Guardiola.


Destaca además por estar en un equipo, en un entorno, que en absoluto ayuda a esta postura, donde los directivos son modelo de muy pocas cosas buenas, por no decir ninguna. Adelanto que no soy barcelonista, ni mucho menos, pero reconozco que ayer el equipo de la ciudad condal sufrió un arbitraje que rozó la persecución. A mí me pareció increíble. Y en un ambiente llamemoslo "italiano", que es todo lo contrario a lo que encarna el espíritu deportivo. En esa tesitura, y con la tensión del encuentro aún a flor de piel, el entrenador del equipo contrario, el Inter de Milán, hizo todo lo posible, usando muy malas artes, por provocar a su homónimo del Barcelona. Creo que cualquiera en esas circunstancias habría caído en la trampa. Y precisamente por eso destaco las declaraciones de Pep Guardiola sobre Mourinho, que fueron las siguientes:

"Le conozco desde hace tiempo y no voy a invertir ni un solo segundo para desgastarme. Es un buen entrenador. (...) Somos una gran entidad y un referente para muchos niños. No voy a perder la concentración con esto".

Al menos una persona en el mundo del deporte con la suficiente cabeza como para darse cuenta de que son "referente para muchos niños", a los que pueden hacer mucho daño con sus actitudes. Me quito el sombrero ante este hombre. Espero que siempre actúe así. No obstante, me gustaría avisar a Guardiola que tiene en sus filas a uno de los jugadores más rastreros y antideportivos del fútbol español, Sergio Busquets, al que por cierto él descubrió. Creo que es un jugador con unas cualidades magníficas, pero a mí no me compensa tener a un jugador así si después las malas artes están por encima de todas las buenas cualidades. Algo así como Guti en el Madrid. Claro que para Busquets, esa actitud rastrera y poco deportiva ha tenido su premio... ir a la selección nacional.

Así de duro y de cínico, como decía al principio, es el mundo del deporte.

miércoles, 14 de abril de 2010

Hoy he sentido vergüenza

Hoy, por primera vez en toda la temporada, y creo que en mucho tiempo, he sentido vergüenza de mi equipo. He sentido tremenda vergüenza de mi Sevilla.

En esta temporada se habrán hecho partidos mejores, peores, habrán salido las cosas mejor o peor, pero esa actitud de todo el equipo de dejadez, de inoperancia, de falta de lucha,... desde los jugadores hasta el banquillo. No dar un pase en condiciones, perder cantidad de balones, no volver a defender, no saber lo que hacer delante del portero contrario,... Anda que si llega a estar Manolo Jiménez sentado en el banquillo, la que se hubiera montado. Pero no, leo los portales anaranjados de internet o la prensa deportiva, y nada, nadie da caña, nadie critica. Verdaderamente increíble.

No me considero un defensor a ultranza de Manolo Jiménez. Nunca me lo he considerado. Simplemente, desde siempre me ha indignado la actitud de algunos medios de comunicación de hundirlo a toda costa, y sobre todo, la actitud de buena parte de la afición que en plan borrego se ha ido tragando todas esas milongas y en vez de defender a su entrenador lo ha perseguido también. Eso es lo más duro.

Pero ahora la excusa ¿cuál es? Yo defenderé a Antonio Álvarez igual que he defendido a Manolo Jiménez, porque es el entrenador de mi equipo, y además es sevillista. Pero de verdad espero que llegue cuanto antes ese juego virtuoso que había prometido, porque lo de hoy, ante un equipo malo de solemnidad, que lo único que ha hecho ha sido correr, hemos hecho el más absoluto de los ridículos. Y el otro día, contra el Málaga, otro tanto de lo mismo. Lo que pasa es que el otro día nos sonrió la fortuna, esa misma que le volvió la espalda al Sevilla de Jiménez contra el Xerez, y que le costó el puesto. La fortuna. Bendita fortuna,... maldita fortuna.

Por favor les pido a estos jugadores que no me hagan avergonzarme más, que den la cara, que luchen, que corran,... que le tengan un respeto a ese escudo que llevan en el pecho, y que es tan importante para tantas personas.

lunes, 29 de marzo de 2010

Y ahora, ¿que?

Bueno, ya está el Sevilla F.C. sin Manolo Jiménez. Primer partido sin él, y primer ridículo. ¿Y ahora qué hacemos? ¿A quién echamos? Ya comenté tras el partido del Xerez que no tenía claro si era o no acertado que Jiménez continuara, por el momento anímico del equipo. Y sigo con esa duda. No sé que hubiera sido mejor. Pero todos esos "sevillistas" que se han tirado desde el primer partido de Manolo Jiménez criticándolo, machacándolo y persiguiéndolo, ¿qué es lo que proponen ahora? Supongo que lo de ayer en Villarreal es el fútbol espectáculo que tanto demandaban. Desde luego fue todo un espectáculo ver a ese equipo arrastrarse por el campo.

No tengo absolutamente nada contra Antonio Álvarez. Creo que es un buen sevillista, tanto como Manolo Jiménez, y creo que va a dar su vida por este equipo, tanto como hizo Manolo Jiménez. Y además, es el entrenador del Sevilla F.C. y le deseo lo mejor, porque se lo deseo a mi equipo.

Si acaso, sí tengo que reporcharle sus aires de superioridad y su falta de modestia, menospreciando al técnico anterior, cuando dijo que quería devolverle al equipo el sello de Juande. ¿El sello de Juande?

Vamos a ver si nos enteramos. Evidentemente cada entrenador tiene un estilo y una forma de ver el fútbol. Pero en esencia, todos sabemos que el equipo marca mucho, mucho más que el entrenador. Sobre todo en plantillas de un cierto nivel. Precisamente donde se nota el buen entrenador desde el punto de vista táctico es en equipos modestos, y en los buenos equipos es donde se destapa el entrenador más "psicólogo", porque los jugadores ya son lo suficientemente buenos.

¿Qué quiero decir con esto? Pues que el Sevilla del traidor de la Mancha tendría un estilo, mezcla de lo que planteaba el entrenador y de los jugadores que había en el campo, y el de Jiménez otro. Y con Jiménez, por ejemplo a principios de esta temporada, creo que hicimos partidos de un virtuosismo alto, y con Juande, más de una vez y de dos, hicimos el ridículo de manera vergonzosa, y ahora resulta que crucificamos a Jiménez y ponemos en los altares a un señor que nos dio una buena patada en el trasero, y que después de eso ha sido cesado en tres equipos (bueno, cesado en dos y no renovado en uno, para los puristas). Eso a lo mejor significa algo, ¿no? Porque, si era tan magnífico... ¿por que lo cesan?

Al final, el juego del equipo es una mezcla de muchas cosas. Y Jiménez se ha equivocado, seguro, muchas veces. Y ha acertado también muchas. Y lo que a conseguido con este equipo ha sido mucho. Pero supongo que lo que Jesús Alvarado predijo hace tiempo se está cumpliendo, y nos estamos "mestallizando", y terminaremos al final como el Valencia, que por exigir la afición más de lo que se puede terminará vendiendo a sus estrellas, arruinado (bueno, arruinado ya lo está) y veremos cuanto tarda en caer de los puestos altos de la tabla.

Por favor, no perdamos nuestra modestia, porque desde ahí hemos cimentado nuestros éxitos.

Con todo esto,... suerte, Antonio (Álvarez).

jueves, 25 de marzo de 2010

Miedo me da

Ok, Manolo Jiménez ya no es entrenador del Sevilla F.C. Siento muchísimo, como debe sentirlo cualquier sevillista que se precie, que la historia haya terminado así. Pero ya escribía ayer que no tenía claro si, en la situación que vivía el equipo, la continuidad de Jiménez era buena o mala, y podía entender que se tomara esta medida.

Hasta ahí, de acuerdo. El problema viene ahora. Porque la cuestión no es quién se va,... sino quién viene ahora. Probablemente Manolo Jiménez tenía ya tomada la decisión de abandonar el club a final de temporada. Y no se lo reprocho, porque lo que ha tenido que aguantar este hombre, este sevillista, todo este tiempo, es para irse a otro sitio en el que le traten mejor. Dicen que nadie es profeta en su tierra. Probablemente, digo, él tenía tomada la decisión de irse. Y probablemente el Sevilla tenía también medio atado a algún entrenador de garantías. No lo sé. Sonaba mucho Gregorio Manzano, un entrenador que a mí me parece bastante adecuado.

Lo malo es que al prescindir a estas alturas de temporada del entrenador, las opciones no son muchas, porque los entrenadores que realmente valen están la mayoría entrenando. ¿A quién vamos a traer ahora? Me da pánico sólo pensar en la opción que está saliendo en todos los medios. ¡Dios mío! ¡Luis Aragonés! No me puedo creer que un equipo serio (creo) como mi Sevilla baraje una opción tan descabellada. Un señor despreciable, con poco o nada de concepto futbolístico, que tiene tanto de psicólogo como yo de bético (recuerdo que ahoramismo resulta fundamental trabajar la psicología con la plantilla), con una edad exagerada (ya está más que chocheando), y especialmente un hombre sin principios, un pesetero al más puro estilo del traidor de La Mancha que ya sufrimos en nuestras carnes. ¿O no nos acordamos, cuando no hacía más que perder partidos con la selección, cómo se aferró al banquillo, sin dimitir, para forzar que le despidieran y trincar la pasta? Y no le despidieron. Por desgracia, porque desde luego la Eurocopa no la ganamos gracias a él, eso está claro. Después cogió a un equipo como el Fenerbahche, que tiene una plantilla a años luz del segundo equipo del país, y lo terminaron destituyendo. Normal.

De verdad que aún no me explico cómo este hombre ganó una Eurocopa. Bueno, sí me lo explico, porque los jugadores eran buenos, porque el planteamiento de los partidos era... "venga, vosotros jugad como sabéis y ya está". Y aún así, no jugaban los mejores, porque en nuestra liga había entonces mejores jugadores a los que dejó fuera por meter a amiguitos suyos y, una vez más, repartirse la pasta.

En fin, que el Sevilla tiene en este momento un serio problema. Desde luego, como venga Luis Aragonés tengo bastante claro que ni se ganan títulos ni se cumplen objetivos, a no ser que nos agarremos a la misma suerte que tuvo al ganar la Eurocopa. Pero por buen entrenador, desde luego, es evidente que no. Nunca lo ha sido, y mucho menos ahora.

Pero si este Sevilla quiere perder la clase y la categoría que había llegado a alcanzar... que siga por ahí. Rezo, de verdad, porque venga alguien con un poquito más de cabeza, y sobre todo de dignidad. El equipo lo necesita.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Reflexiones sobre mi Sevilla F.C.



Tras el partido jugado hoy con el Xerez, partido raro donde los haya, recojo a continuación dos reflexiones escritas por Julián Muñoz de Priego, con las que estoy de acuerdo en la mayoría de las cosas, y que me manda con todo el cariño para que las publique.

Puntualizo que siempre he defendido a Manolo Jiménez, porque creo que no ha cometido errores de bulto (algunos entrenadores idolatrados por la afición hicieron el tonto en algunos partidos de manera flagrante y ya nadie se acuerda), pero viendo el partido y la rueda de prensa de hoy, ya no tengo claro, sinceramente, qué es lo mejor para el equipo. Desde luego, una cosa está clara: No vamos a encontrar un entrenador más sevillista que el que tenemos ahora.

Aquí tenéis los textos:


No soy de los que entienden o creen entender de fútbol, y espero aprender qué está pasando de las opiniones de los demás.

La cruz. Lamento decir que me parece que lo que vimos ayer es lo que vamos a ver toda la temporada. Que éste Sevilla ya no da para más. Puede que le salga un partido bueno como el de Barcelona o el Dépor en la ida de copa, o el del Valencia o el Madrid en liga en casa, pero la generalidad será como lo que vimos ayer. Ayer y con el Málaga, el Valladolid, el Getafe, el Racing, el Athletic o el Dépor, por citar solamente los de casa. Estamos los cuartos y nos hemos mantenido toda la liga entre los seis primeros porque esta liga, obviando al Madrid y al Barcelona, no es “muy dura”. No hay un Atlético de Madrid o un Villarreal presionando fuerte por entrar en champions como otros años. Tenemos tantos partidos ganados como empatados más perdidos y aún así estamos los cuartos.

Una vez que he llegado a esta conclusión me pregunto de quién es la culpa, que es otra forma de decir qué se podría hacer para solucionarlo.

En principio el problema puede ser de aptitud (habilidades). Puede que tengamos un equipo menos potente de lo que llegamos a creernos en vista a los resultados del inicio de liga. He comparado los jugadores que intervinieron en el partido en Madrid que nos dio la última de las cinco copas, la supercopa de España y los que jugaron ayer contra el CSKA.


A priori podemos ver que hay un 66,66% del equipo que es idéntico al que le metió 5 goles al Madrid en el Bernabeu.

Hemos vendido algunos jugadores, básicamente Alves y Keita, que se notan en sus respectivas demarcaciones y a cambio hemos fichado jugadores que hasta ahora se han quedado en promesas, como Romaric, Negredo o Fernando Navarro y hemos tirado de cantera. El único fichaje brillante es el de Zokora.

Con un alto porcentaje de los mismos jugadores jugamos un fútbol mucho más feo, muy previsible y poco agresivo.

En principio parece que la forma física no es buena, que nos limitamos a jugar por las bandas y si el extremo consigue llegar a la horizontal del área la cuelga para que generalmente no haya ningún delantero disponible o éste no esté desmarcado (curiosamente tanto Perotti, como Navas están entre los 5 primeros jugadores en pases con 190 y 199 respectivamente y por supuesto no tenemos ningún delantero que haya marcado un número de goles que lo clasifique cerca del pichichi). La defensa es poco fiable, no podemos jugar a encerrarnos (véase el partido del Madrid, por ejemplo) y además no hacemos un contrataque decente: cuando el extremo roba un balón y llega arriba, resulta que no hay ningún delantero para rematar. El juego es eminentemente horizontal. No tiramos a puerta suficientemente, parece que ningún delantero quiere asumir la responsabilidad de culminar la jugada y nos pasamos el balón por el borde del área sin que nadie chute. Algunos jugadores clave, como Kanouté, Drago o Renato tienen poco fondo físico y O Fabuloso nos muestra sus genialidades cada vez con más tacañería… Estos son algunos de los defectos que desde mi ignorancia veo en el equipo, y que pueden ser culpa de la estrategia (y por tanto del entrenador), de los propios jugadores, del equipo técnico y el preparador físico, de los psicólogos del equipo, del responsable de los fichajes o del mismo Presidente por crear falsas expectativas y haber hecho unos fichajes durante los últimos años que no han podido sustituir en calidad a las personas que han marchado.

También puede ser un problema de actitud, es decir se tienen las habilidades, pero se ha perdido la ambición, la seguridad del equipo en sí mismo, la garra, la responsabilidad y la moral, en una palabra… Hasta la jornada 12 (partido en casa con el Málaga) los resultados fueron excelentes y se hablaba del Sevilla como posible competidor de los dos grandes para el título de liga. Después hubo una racha malísima, donde llegó a estar sexto. La victoria ante Osasuna le permitió volver al cuarto puesto, ayudado en gran medida por la mediocridad de los equipos que optan a esa plaza. Hay que reconocer que lamentablemente el sentimiento general en la afición es de que el equipo no está al nivel esperado.

¿O simplemente estamos asistiendo al final de una época gloriosa?, un final que tarde o temprano tenía que llegar si no se hacían las cosas muy bien. La Copa puede salvar con honores la temporada, aunque el Atlético de Madrid ha llegado a un puesto 10 tras unas primeras jornadas en zona de descenso y tras una progresión importante. Está con la moral alta y el Sevilla la tiene ahora mismo por los suelos. Vuelco a pedir por tanto el apoyo masivo e incondicional de la afición en la final.

Si ésta es la cruz del partido de ayer, la cara fue la afición y especialmente los Biris que no dejaron de animar ni un minuto, incluso después del segundo gol del CSKA y hasta los minutos de descuento, pasando del “vamos mi Sevilla, vamos campeón” a raíz del 1 a 1, de los grandes momentos y teniendo que sacar a relucir el “Hasta la Muerte” y el “Ahora más que nunca, Sevilla F.C.” de los viejos tiempos. Claro que los medios hablan de “incidentes” de los Biris con los aficionados del CSKA y yo, que estaba presente, solamente vi un cordón policial de antidisturbios alrededor de los Biris, que solamente cantaban en su sitio de reunión habitual fuera del estadio y a los rusos bebiendo cerveza tranquilamente en el Nervión Plaza y haciéndose fotos en el mural del campo. Los medios olvidan pues decir, que los incidentes fueron exclusivamente verbales, cuando un pequeño grupo de aficionados del CSKA se hicieron los graciosos mencionando al equipo de segunda división de la Carretera de Cádiz. Lo dicho, mi homenaje a los Biris, que no sólo no silbaron en ningún momento, sino que animaron a muerte, aún con la decepción en las caras, y todavía les quedó ganas para aplaudir a los jugadores al final del partido. Mi rendido homenaje a estos sevillistas de corazón y no sólo de grandes momentos.

Julián Muñoz de Priego Alvear


CRONICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

En este artículo me gustaría tratar el tema de debate por excelencia en el sevillismo hoy día: la idoneidad o no para el banquillo de Manolo Jiménez. Pero a diferencia de otros artículos que he leído al respecto quisiera orientarlo desde el punto de vista de las ciencias del comportamiento social y la difusión de rumores, pero sin tecnicismos ni erudiciones, ni entrando en grandes profundidades.

Desde casi los inicios de Manolo Jiménez como entrenador del primer equipo del Sevilla se creó un grupo de antijimenistas (si bien es cierto que los papafritas habituales de los medios la tomaron con el entrenador desde un principio, había aficionados de ideas independientes y con indiscutible amor a sus colores que tenían una mala impresión del míster) y otro de jimenistas, además de un tercer grupo de aficionados sin una idea preconcebida. Hay que considerar que la mayor parte de la afición no son entrenadores profesionales ni tienen conocimientos técnicos de entrenamiento en fútbol, no obstante lo cual tienen sus propias ideas al respecto.

Los aficionados de cualquier club desean fundamentalmente dos cosas:

1) Que su equipo gane partidos y sume puntos, de forma que consiga sus objetivos que están en función de cada club: desde la permanencia a conseguir el triplete como ocurrió con el Barcelona la pasada temporada. Esto es lo principal para cualquier aficionado que lleve en el corazón los colores de su equipo.

2) Que su equipo juegue bien, que juegue bonito, que divierta, sin que esto sea óbice para el punto anterior. Esto es lógico, porque además de amante de unos colores, los aficionados son espectadores de un espectáculo y quieren ver buen juego porque han pagado a cambio.

Hasta el primer tercio de esta temporada los jimenistas defendían la idea de que el equipo lograba los objetivos: se había clasificado la temporada anterior para la Champions con pase directo, estaba vivo en las tres competiciones de ésta temporada y hasta los medios de comunicación de Madrid llegaron a considerarlo un tercero en discordia, junto a Madrid y Barcelona, para obtener el título de liga. Consciente o inconscientemente los jimenistas hacían proselitismo de sus ideas en sus conversaciones al respecto.

Por otro lado y al mismo tiempo, los antijimenistas defendían la idea de que si bien hasta el momento se estaban cubriendo los objetivos, el juego del equipo distaba de ser brillante. Hacía un mal fútbol, aburrido, predecible, salvo en muy determinadas ocasiones. Lógicamente pensaban que a la larga esto afectaría a los resultados y no se cumplirían los ambiciosos objetivos planteados por el club. También los antijimenistas intentaban difundir sus ideas en las conversaciones con otros sevillistas.

De esta forma, ambas ideas fueron transmitiéndose por un mecanismo que en rumorología se denomina “transmisión en cascada”. Como hay un tercer grupo que no tiene conocimientos suficientes para tener una idea propia sobre las aptitudes del entrenador (me incluyo en ese grupo) adopta las ideas de personas que son de su confianza y piensan que entienden de fútbol, con lo que a su vez se incluye en uno de los dos grupos y difunde las ideas del mismo a terceros.

Además se produce una “polarización de los grupos”, fenómeno también habitual en estos casos, en los que ante unos mismos hechos cada grupo tiende a interpretarlos según sus juicios previos. La información pasa por el tamiz de las ideas que ya se tienen y la persona tiende a buscar en la nueva información una ratificación de sus ideas. Así ante un mismo hecho, por ejemplo un partido de fútbol, unos considerarán que han ganado por suerte, que han jugado muy mal y que Palop ha salvado los puntos, mientras que los otros reforzarán su idea de que se siguen sumando puntos para cumplir los objetivos y que los cambios realizados por Jiménez fueron la clave para la victoria. Con ello, conforme pasa el tiempo los grupos se vuelven más extremistas en sus ideas.

El asimilar una nueva información, con las creencias ya establecidas, se debe a que las personas intentamos evitar los que se denomina en psicología con el término de “disonancia cognitiva” y que no es ni más ni menos que intentamos que la nueva información no entre en conflicto con nuestras creencias y nos “arme un lío” y no sepamos a qué carta quedarnos. Si la nueva información la vemos con las gafas de las creencias previas y conseguimos encajarlas en las mismas evitamos esa situación. Obviamente esto se da en todos los órdenes de la vida.

Pero he aquí que durante las últimas jornadas, la predicción de los antijimenistas empieza a cumplirse. El equipo no solamente juega mal, sino que además pierde todos los partidos y dan una imagen de impotencia tan desastrosa como contra el CSKA o el Español. Aquí entra en juego el concepto de “profecía que se autocumple”, común a muchas ciencias sociales y que en este caso viene a decir que de tanto criticar al entrenador y al equipo y esperar que sean incapaces de conseguir los objetivos con este entrenador, los propios jugadores y Manolo Jiménez adoptan inconscientemente una actitud perdedora. Lo que ha escuchado tantas veces que se decía contra él, cuando llegan los malos resultados le hace adoptar una actitud que le impide reaccionar ante la adversidad.

Se ha realizado experimentos en los que se ha tomado a dos grupos de alumnos con un consciente intelectual promedio igual, pero al profesor de uno se le ha dicho que son superdotados y al del otro que su inteligencia como promedio es inferior a la media. Pasado el tiempo se ha examinado a los dos grupos con un mismo examen y los resultados obtenidos por el grupo teóricamente superdotado son mucho mejores que los obtenidos por el segundo grupo. Lo único que ha podido afectar los resultados es la actitud del profesor que en función de lo que piensa sobre sus alumnos, sus expectativas, que éstos perciben y a su vez les hace mantener una determinada actitud y hacen que la profecía inicial se cumpla. Pues yo entiendo que lo mismo ocurre con Jiménez. Ya no cree sinceramente que pueda obtener los objetivos previstos, aunque su discurso no sea ese, cada vez es más crítico con su actuación (asume toda la responsabilidad de la eliminación de la Champions) y la de su equipo (contra el Español comenta que aunque hubieran jugado indefinidamente no hubieran sido capaces de marcar un gol).

Por el mecanismo de expansión de las ideas, en este caso antijimenistas, en cascada, la inmensa mayoría que inicialmente no era antijimenista va asumiendo las ideas de éstos ya que ven que se va cumpliendo sus expectativas y hasta algunos que originalmente eran jimenistas, pasan al grupo de opinión contrario ante la evidencia de los hechos incontrovertibles. Ya no hay excusas de bajas, de demasiados partidos en poco tiempo, etc… y por tanto no pueden justificar los malos resultados y el pésimo juego del equipo.

La Profecía que se Autocumple suele funcionar con frecuencia en la vida normal y creo que estamos ante uno de esos casos en que al final se cumplirán las predicciones pesimistas y Jiménez será incapaz de cubrir sus objetivos en liga y en copa. Por lo tanto, creo que ha llegado el momento de prescindir de Jiménez en el banquillo, aunque lamente decir esto porque indudablemente es un gran sevillista, pero su actitud y la del equipo ya está contaminada por las predicciones de los antijimenistas y así el Sevilla tendrá muy difícil salir de la pésima racha en que se encuentra, tanto de juego como de resultados. Debo dar mi opinión en este sentido aunque a estas alturas de la liga quizá no sea el momento de cambiar al entrenador ya que prefiero ver a un Sevilla con una actitud ganadora, aunque sea a costa de la destitución de un entrenador que no es un mercenario y sí siente sus colores.

Julián Muñoz de Priego Alvear