viernes, 30 de marzo de 2012

¿Patrimonio cultural de Sevilla?

El Ayuntamiento de Sevilla ha aprobado en el día de hoy en su Pleno una propuesta del Partido Popular para que las corridas de toros sean "Patrimonio cultural inmaterial de Sevilla".

Desde mi punto de vista (no compartida por mucha gente, sobre todo por estos lares del sur de España, lo sé) es una triste noticia. Además, se convierte en la primera decepción que recibo de este Ayuntamiento de Sevilla de Juan Ignacio Zoido que, desde que tomó las riendas de la ciudad reconozco que, en mi opinión, está realizando una gestión magnífica de la misma, a pesar de lo que se ha encontrado.


Pero volviendo al tema, de entrada todo lo que sea mezclar un espectáculo que se basa en el sufrimiento de un ser vivo con la palabra "cultura" ya me parece descabellado. Entiendo que, por esa regla de tres, también son cultura las peleas de gallo, las peleas de perros, la caza del zorro,... Y, también por esa misma regla de tres, también serían cultura las ablaciones de clítoris que sufren muchas mujeres musulmanas, o las peleas de gladiadores y las crucifixiones de la época romana. Todos ellos, ejemplos de barbaridades muy arraigadas en determinados pueblos y en determinadas épocas.

No se puede justificar aquello que no es correcto simplemente porque está muy arraigado en una sociedad y lleva mucho tiempo haciéndose. Repito, sé que muchas personas me dirán que, de todas formas, ellas ven las corridas de toros como algo correctísimo. Pero en mi modesta opinión la cultura es otra cosa. Y otra cosa bien distinta. Opuesta, diría yo.



La propuesta ha sido aprobada en el Pleno del Ayuntamiento con los votos a favor del PP, abstenciones de PSOE y voto en contra de Izquiera Unida. Estoy, repito, absolutamente en desacuerdo con la postura, en este tema, del Partido Popular, pero más chocante aún me parece la postura del PSOE. Creo que en un tema de este calibre abstenerse es de cobardes. Imagino que así podrán decir que no se llevan mal con nadie. Incoherencia total.

Una pena.

domingo, 11 de marzo de 2012

Envidia sana

Ayer sábado pude ver a ratos el partido Sporting - Sevilla (verlo entero era sólo para masoquistas) y Betis - Real Madrid.

Como digo, ninguno de los dos los vi enteros, sólo a ratos. La primera conclusión que saco de lo que vi fue comprobar, una semana más, la manera vergonzosa en que le van a regalar al Real Madrid esta liga. Resulta repugnante ver como un equipo con la plantilla que tiene, hecha a base de millones, de los millones que les han robado a los demás equipos, necesita que encima los árbitros les regalen el 90% de los partidos que han ganado. Y no exagero con el porcentaje.

Una semana tras otra el Real Madrid saca adelante sus partidos gracias a la colaboración desinteresada (?) del colegiado de turno, con el más absoluto descaro. En el día de ayer, la mano de Sergio Ramos en la última jugada del partido no sólo fue clara, sino que pilló al árbitro de cara, y la vio perfectamente. La vio, pero no tuvo bemoles de pitarla. El trencilla, un novato de 2ª División B que estaba de 4º árbitro y tuvo que sustituir a Iturralde en el descanso porque éste se lesionó. Si hubiera estado Iturralde en el campo, un hombre con mucha más experiencia, tengo la absoluta certeza de que... tampoco habría pitado el clarísimo penalti. De eso no tengo ninguna duda.

No soy ni madridista ni barcelonista. Para nada. Me importa poco lo que hagan esos dos equipos. Pero el que entiende un poquito de fútbol sabe que este año, el equipo que hace buen fútbol, el que lo borda,... ése no va a ganar la liga.

De todas formas, tras haber visto (a ratos, como digo) el partido de mi Sevilla un rato antes, ayer tuve una envidia tremenda al ver cómo jugaba el otro equipo de la ciudad. Qué manera de luchar, de poner al Real Madrid (con sus 14 jugadores) contra las cuerdas, de correr, de meter la pierna, de pelear, de... Qué manera de defender un escudo. El fútbol va por rachas, todos los sabemos, pero en estos momentos los jugadores del Sevilla no defienden el escudo con ese coraje.

Hubo una época en que sí lo hacían. Ahora no. Y con el entrenador que tenemos en estos momentos tengo claro que no lo harán. Además de no tener ni idea de cómo plantear un partido tácticamente.

Y lo reconozco, me da envidia ver al eterno rival. Un equipo más modesto, sumido en una grave crisis económica, diseñado para mantenerse en la categoría (un objetivo muy distinto al que en teoría tenemos nosotros), pero que nos da una lección de lo que significa darlo todo en el campo. Después ganarás o perderás (ayer estoy convencido de que habrían ganado de no ser por el arbitraje), pero te puedes ir satisfecho de que lo has dado todo, de que te has vaciado por defender unos colores.

Envidia, sí señor. Eso es lo que siento. Envidia sana.

Y seguimos a 10 puntos de la salvación (el objetivo que yo miro ahora mismo).