Esta es
la pregunta que me hacía ayer viendo un momento el Sorteo de la Lotería de
Navidad.
Cuando
yo era pequeño recuerdo que los niños de San Ildefonso eran un ejemplo de cómo
entonar una melodía que no por breve dejaba de ser música. No había una nota
mal dada y la coordinación entre los dos niños de la pareja era absoluta. Ambos
en el mismo tono. Ni un solo fallo.
Desde
hace unos años (bastantes ya), esto ha dejado de suceder. Cada niño entona como
quiere, va (nunca mejor dicho) a su bola. Uno en un tono y el otro en otro tono
totalmente distinto. Y algunos desafinando de una manera que resulta indigno
para un evento de esa importancia. Que digo yo que ya tiene mérito desafinar
cuando sólo se dan cuatro o cinco notas.
Imagino
que en un país en el que triunfan, valga la redundancia, “triunfitos” y
concursitos con gente desafinando (y mucho) este hecho del Sorteo de Navidad pasará
absolutamente inadvertido. La cultura musical de este país deja mucho que desear.
Esto es España.