jueves, 11 de octubre de 2012

Cosas del verano

Sucedió este verano en mi bloque de vecinos. Al final del verano, para ser exactos. Las vacaciones de la empleada de Correos que habitualmente traía las cartas a nuestros domicilios provocó que ese trabajo lo realizara otra persona, un sustituto.

Desconozco los mecanismos que desde la empresa pública se utilizan para escoger a los trabajadores que realizan esta labor en estos casos. El hecho es que un día, metidos ya en el mes de septiembre, los vecinos nos encontramos con este papel pegado en el espejo del ascensor.



Entiendo que el papel lo dejaría el cartero en la puerta del edificio y algún vecino lo pegó en el ascensor, porque de no ser así no tendría ningún sentido.

Pero el caso es que en esas fechas no resultaba ni mucho menos complicado acceder al edificio, a poco que se lo hubiera propuesto. Desconozco también si es un procedimiento reglamentado el hacer ir a los vecinos a la oficina de Correos a recoger sus cartas tras x días de intento fallido por parte del cartero.

Creo que ningún vecino se acercó a la oficina a recoger sus cartas. Yo, desde luego, no lo hice. Finalmente, un par de días después nos encontramos los buzones cargaditos de papeles. Y fin de la historia.

Nos queda la anécdota para recordarla y reírnos un poco.

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