El que
me conoce sabe que hace tiempo que no escribo en mi blog sobre partidos del
Sevilla. Más que nada porque desde que llegó Míchel al club dejé de ver los
partidos. En todo caso veo los resúmenes. Pero el pasado domingo se me presentó la
posibilidad de ver el Zaragoza – Sevilla, y con la curiosidad que me despertaba
el duelo de mi equipo con el cuadro que actualmente entrena Manolo Jiménez pues
me dio por ver el partido.
Luego,
por la tarde, crucé un par de tweets con mi admirado Jesús Alvarado que me han
animado a escribir hoy este post. Jesús, en su blog invisible que nadie lee,
había escrito esa tarde un post bastante acertado, cargado de sutileza e
ironía, sobre las carencias de este Sevilla y la imagen que ofrecieron
nuestros jugadores contra el Zaragoza. No obstante, y reconociendo las vergüenzas que a veces se
le ven a esta plantilla, yo sigo pensando que el problema fundamental de
nuestro Sevilla está en el banquillo.
A raíz
de mis tweets con Jesús Alvarado un twittero me respondió que “Quizás sea que
hay muchos jugadores q no dan la talla ni para ser suplentes del SFC”. Le
contesto que “Este año Míchel tiene un plantillón, pero sigo sin entender los
criterios para renovarle”, a lo que me dice: “Michel nunca ha sido mi devoción
precisamente, pero hombre ¿plantillón?, con Baba, Del Moral, etc. Entonces la
de los títulos sería ya de supermegaplantillón ¿o no?”.
Pues
bien, todo esto me ha motivado, como digo, a escribir sobre este tema y aportar
mis humildes argumentos.
Efectivamente,
la plantilla del Sevilla F.C. tiene carencias, y una de ellas es la delantera.
Pero no de este año, sino desde la temporada pasada cuando dejamos marchar a
Rodri y al “inútil” de Koné, porque con delantero y medio - Kanouté ya no estaba
para jugar partidos completos - teníamos suficiente para afrontar tres
competiciones (¿?).
Cuando
yo hablo de “plantillón” evidentemente no la puedo comparar con la plantilla
del Sevilla de hace 6 años. La comparo
con el resto de plantillas de la Primera División española, en plena crisis, donde
la mitad de los equipos están en concurso de acreedores o cuanto menos ahogados
por las deudas. Y en este escenario, aparte de los dos equipos que roban el
dinero de los derechos televisivos a los demás para fichar lo que quieren, ¿qué
equipos tienen mejor plantilla que el Sevilla F.C.? ¿El At. de Madrid? ¿El
Valencia? ¿Quizá, apurando mucho, el Málaga? Poco más.
Y el Sevilla
de Míchel se va dejando puntos con el Celta, el Granada, el Rayo, el Zaragoza,…
Ya
quisieran los entrenadores de esos equipos tener a jugadores de la talla de Jesús
Navas, Negredo, Medel, Rakitic, Botía, Fernando Navarro, Cicinho, Perotti,
Diego López,…
Creo
que se han podido cometer errores en la planificación de esta temporada, como
por ejemplo dejar marchar a Luis Alberto - que al final se irá porque en el
Barcelona no son tontos - o echar de malas maneras a un gran jugador como
Deivid (estamos perdiendo las formas que antes nos identificaban y a mí me
hacían sentirme orgulloso). Igualmente no fichando a un delantero, que falta
hacía (totalmente de acuerdo contigo, Jesús).
Pero
hay que reconocer que con los fichajes que se han hecho creo que se ha
acertado. Cicinho está rindiendo a un gran nivel, Botía creo que tiene mucha
clase (aunque cometa fallos alguna vez, como todos los jugadores), Maduro tiene
calidad y experiencia, Javi Hervás aporta cosas distintas al centro del campo, Kondogbia
tiene que crecer pero apunta maneras y Diego López me parece un porterazo desaprovechado.
Creo que Palop ha sido uno de los mejores porteros de nuestra historia –yo, por
desgracia, no conocí al mítico Bustos - y
siempre tendré palabras de admiración hacia él, pero hace tiempo que alterna en
demasía paradones con cantadas. Ya se ha ido injustamente Javi Varas, y ahora
tenemos a un porterazo calentando banquillo. No es justo.
No nos
engañemos. A este equipo le están sacando las castañas del fuego los detalles
de calidad de algunos jugadores. Pero tenemos un entrenador que ni sabe colocar
a los jugadores en el campo, ni sabe motivarlos (bueno, sólo cuando jugamos
contra el Real Madrid o el Barcelona, que eso es fácil), ni, por supuesto, demuestra
nada de coherencia ni lógica cuando toca realizar los cambios.
El final de la temporada, por desgracia, me dio la razón. De
hecho, escribía en mi blog que los números de Míchel fueron prácticamente los
mismos que los de Marcelino. Si el último e intrascendente partido lo
hubiéramos perdido en vez de empatarlo, habría terminado con peores números.
Cambiar de entrenador para esto…
Mi única satisfacción era que, por fin, en el Consejo de
Administración se habrían dado cuenta del error cometido y, evidentemente, no
renovarían a este señor. El palo que me dieron al renovarlo, desconozco con qué
criterio, reconozco que fue gordo.
Pues a ver si este año sí que me equivoco. Ojalá.