jueves, 25 de marzo de 2010

Miedo me da

Ok, Manolo Jiménez ya no es entrenador del Sevilla F.C. Siento muchísimo, como debe sentirlo cualquier sevillista que se precie, que la historia haya terminado así. Pero ya escribía ayer que no tenía claro si, en la situación que vivía el equipo, la continuidad de Jiménez era buena o mala, y podía entender que se tomara esta medida.

Hasta ahí, de acuerdo. El problema viene ahora. Porque la cuestión no es quién se va,... sino quién viene ahora. Probablemente Manolo Jiménez tenía ya tomada la decisión de abandonar el club a final de temporada. Y no se lo reprocho, porque lo que ha tenido que aguantar este hombre, este sevillista, todo este tiempo, es para irse a otro sitio en el que le traten mejor. Dicen que nadie es profeta en su tierra. Probablemente, digo, él tenía tomada la decisión de irse. Y probablemente el Sevilla tenía también medio atado a algún entrenador de garantías. No lo sé. Sonaba mucho Gregorio Manzano, un entrenador que a mí me parece bastante adecuado.

Lo malo es que al prescindir a estas alturas de temporada del entrenador, las opciones no son muchas, porque los entrenadores que realmente valen están la mayoría entrenando. ¿A quién vamos a traer ahora? Me da pánico sólo pensar en la opción que está saliendo en todos los medios. ¡Dios mío! ¡Luis Aragonés! No me puedo creer que un equipo serio (creo) como mi Sevilla baraje una opción tan descabellada. Un señor despreciable, con poco o nada de concepto futbolístico, que tiene tanto de psicólogo como yo de bético (recuerdo que ahoramismo resulta fundamental trabajar la psicología con la plantilla), con una edad exagerada (ya está más que chocheando), y especialmente un hombre sin principios, un pesetero al más puro estilo del traidor de La Mancha que ya sufrimos en nuestras carnes. ¿O no nos acordamos, cuando no hacía más que perder partidos con la selección, cómo se aferró al banquillo, sin dimitir, para forzar que le despidieran y trincar la pasta? Y no le despidieron. Por desgracia, porque desde luego la Eurocopa no la ganamos gracias a él, eso está claro. Después cogió a un equipo como el Fenerbahche, que tiene una plantilla a años luz del segundo equipo del país, y lo terminaron destituyendo. Normal.

De verdad que aún no me explico cómo este hombre ganó una Eurocopa. Bueno, sí me lo explico, porque los jugadores eran buenos, porque el planteamiento de los partidos era... "venga, vosotros jugad como sabéis y ya está". Y aún así, no jugaban los mejores, porque en nuestra liga había entonces mejores jugadores a los que dejó fuera por meter a amiguitos suyos y, una vez más, repartirse la pasta.

En fin, que el Sevilla tiene en este momento un serio problema. Desde luego, como venga Luis Aragonés tengo bastante claro que ni se ganan títulos ni se cumplen objetivos, a no ser que nos agarremos a la misma suerte que tuvo al ganar la Eurocopa. Pero por buen entrenador, desde luego, es evidente que no. Nunca lo ha sido, y mucho menos ahora.

Pero si este Sevilla quiere perder la clase y la categoría que había llegado a alcanzar... que siga por ahí. Rezo, de verdad, porque venga alguien con un poquito más de cabeza, y sobre todo de dignidad. El equipo lo necesita.

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