Sí, un poco largo el título. Lo admito.
Quien me conoce sabe que soy poco amigo de los cambios de sentido repentinos y aleatorios que se han hecho en las calles de Sevilla hace algunos meses, y por supuesto de las avenidas con sentido único que sólo provocan el caos en el sentido contrario.
Quien me conoce también sabe que me encantan los sonetos.
Pues ahí queda eso:
A una mente cabal e inteligente
se le ocurrió de pronto, un buen día,
a las calles de esta Sevilla mía
cambiarles el sentido de repente.
¿Y esta señal de dirección prohibida?
La pusieron ayer unos señores.
Dé una vuelta por los alrededores
y salga por aquella otra avenida.
Y ese sentido único de cuento,
que si vas para un lado no está mal
y si vas para el otro es un tormento.
Así te llevas más tiempo en la calle
con tu tubo de escape echando humo.
Dirán que es sostenible ese detalle.
lunes, 3 de octubre de 2011
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2 comentarios:
vaya, vaya, qué poeta tan grande y nosotros con estos pelos... Muy bueno, Andrés. José Luis.
Vaya, vaya, que gran poeta se rebela y nosotros con estos pelos. Magnífico, Andrés, me gusta. José Luis.
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