miércoles, 6 de mayo de 2009

Tu padre... el pequinés

Hijo de madre soltera. Una Terrier preciosa que un buen día se marchó de botellona y volvió con una barriga de esas que en cualquier familia habría sido motivo de sonrojo, pero que en este caso se asumió con total naturalidad. El resultado, cuatro hermanos como cuatro soles, cada uno muy distinto a los otros, cada uno de su madre... y de su desconocido padre.

De pequeño sus facciones apuntaban a las de un pequinés, por lo que supusimos que su padre lo sería. O sería uno de esos chuchos, pura mezcolanza, que es de todas las razas y de ninguna, sin más pedrigeé que el que te puede dar la calle.

Con el tiempo se convirtió en un perro precioso (al menos a los ojos de sus amos), de pelo largo y cuerpo esbelto, lo más parecido a un Grifón. Pero para entonces ya era tarde, así que cada vez que se comporta como el golfillo nervioso que es, la reprimenda siempre es la misma: "Me cago en tu padre... el pequinés".

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