lunes, 6 de febrero de 2012

Harakiri

Tenía pensado escribir lo mismo aunque el resultado final del partido de hoy entre Sevilla y Villarreal hubiese sido 5-1 a favor del Sevilla. Pero no, finalmente hemos perdido (otra vez) tal y como me temía al comenzar la segunda mitad.

Lo cierto es que no entiendo nada. Un partido igualado, normalito. No diría que estaba siendo un partido bien jugado por parte del Sevilla, pero tampoco mal. La verdad es que el rival tampoco es que fuera una maravilla. Pero bueno, que no había necesidad de perder la cabeza, de volcarse al ataque, ni de hacer planteamientos ofensivos de esos que hacían los equipos en los gloriosos años veinte o treinta, cuando los partidos de fútbol se jugaban casi sin defensas y terminaban 6-4 ó 4-5.

Pues no, no era necesario nada de eso. Y si no era necesario, ¿a cuento de qué el entrenador sevillista quita a un defensa en el descanso y nos pone a jugar volcados al ataque como locos con seis delanteros? ¿A cuento de qué?

Que sí, que en ese partido loco que se convirtió el envite lo mismo podía haber caído la victoria de nuestro lado. Pero en el fútbol profesional ¿qué necesidad hay de eso? ¿no es eso más propio de un partido de juveniles? Además, con los antecedentes que teníamos en el apartado de acierto cara a portería, era mucho más probable que acertara antes el equipo rival, como así pasó.

Lo único que conseguimos fue regalarle al Villarreal un montón de ocasiones de contrataque con superioridad numérica. Un ejemplo:

Uno de los contragolpes que no acabó en gol de milagro

Otro ejemplo, la jugada del 1-2 definitivo:

Otro 4 para 3 que terminó en gol de Camuñas


En todos los contragolpes el Villarreal tenía superioridad numérica. Y no nos metieron más goles porque no eran el Barcelona, que éstos son bastante más malos. Hace tiempo que no veía una locura similar.

Lo mejor del partido, por destacar algo, la chispa y velocidad que vuelve a demostrar Jesús Navas. Y el acierto en el fichaje de José Antonio Reyes, muy por encima del nivel que demuestran los demás jugadores.

Y lo mejor de la situación, que la Champions, a pesar de todo, tan sólo está a seis puntos de nada (tiene guasa, pero es cierto).

Jesús Navas celebrando el gol

Lo peor, que ya no sé cuál puede ser la próxima locura con la que nos deleite Marcelino. Eso si es que sigue como entrenador del Sevilla.

Y llegados a este punto, también me da tela de miedo la posible destitución del entrenador sevillista. Y me da miedo porque, con los entrenadores que hay por ahí sin trabajo en este momento,... pufff. Ya hubo una ocasión, no hace mucho tiempo, en que el Sevilla intentó fichar al inútil de Luis Aragonés. También anda por ahí suelto un tal Míchel, que de jugador me encantaba, pero como entrenador no vale un duro. Lo mismo quieren traer de nuevo a Gregorio Manzano, jajaja. Tendría su punto. En fin, mejor no hablar del tema porque todavía no se ha cesado a nadie.

De momento, otro partidito más que nos vamos con la cabeza baja.

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