viernes, 1 de febrero de 2013

La bombonera nos tendrá que meter en la final


Partido vibrante el que ha disputado hoy el Sevilla en el Vicente Calderón, en la ida de las semifinales de la Copa del Rey.

Un equipo que, personalmente, cada vez me gusta más, y no porque juegue mejor ni peor, sino fundamentalmente porque sabe luchar y algo muy importante que no ocurría hace unas semanas: sabe reponerse ante las adversidades. Saca esa casta que tanto echábamos de menos los aficionados sevillistas cuando las cosas van mal.

En el día de hoy hay que reconocer que el Sevilla F.C. ha salido vivo de la primera parte del partido. En este primer acto el equipo perdía el balón con excesiva facilidad. Demasiados pases errados por parte de los jugadores sevillistas. La presión del At. de Madrid recordaba a la que hace tan sólo tres días le hicimos nosotros al Granada, lo que generaba continuas ocasiones de peligro, si bien pocas de estas ocasiones eran claras. Además, hemos visto hoy a un portero que a mí, personalmente, me ha gustado. Para estar recién llegado Beto se ha entendido a las mil maravillas con sus nuevos compañeros y ha demostrado carácter y autoridad (además  de reflejos y buenas maneras).

En este primer tiempo, el At .de Madrid, con la complicidad de Ayza Gámez (arbitraje vergonzoso durante todo el partido), pudo haberse ido con más premio. Pero no fue así.

Llega la segunda mitad, y a un jugador como Spahic que hasta el descanso todo lo había hecho bien (incluso yo diría que había sido el mejor del equipo) se le va la pinza y comete el penalti absurdo que nos cuesta un gol en contra  y quedarnos en inferioridad.

Por un momento se me vino a la cabeza ese Sevilla de hace unas semanas, haciendo tonterías que nos costaban partidos. Pero no, este equipo es distinto. El Sevilla le echó casta, porque “dicen que nunca se rinde”, y en una genialidad del Duende de Los Palacios y una magnífica definición de Álvaro Negredo llegó la jugada que devolvería la igualdad al marcador y al número de jugadores de cada equipo.

A partir de ese momento el Sevilla se convirtió en claro dominador del encuentro, encerrando al equipo del Manzanares como creo que ningún otro equipo había conseguido hacer en su estadio esta temporada.

Pero entonces llegó el segundo penalti. Por más que veo la jugada repetida no entiendo a aquellos que dicen que es igual que la de Spahic. En ésta ocasión Fernando Navarro es claramente empujado por el jugador colchonero y, tras la falta, cae al suelo tocando el balón con la mano.

Desde mi punto de vista, otro regalito de Ayza Gámez al que, imagino, es el club de sus amores, porque si no no entiendo nada. Otro detalle de este señor: con toda la leña que ha dado el At. de Madrid en el partido, la primera tarjeta amarilla para un jugador colchonero la muestra en el minuto 78. Antes había perdonado al menos seis o siete cartulinas amarillas a jugadores de este equipo.

A pesar de todo, el Sevilla siguió demostrando personalidad y siguió encerrando al contrario en su área. Hasta la expulsión de Fernando Navarro que ya nos hizo tener que defender el resultado.

Últimas dos cosas. La primera, no me ha convencido del todo el planteamiento táctico de Unai Emery. Quizá con otro dibujo no habríamos pasado tantos apuros en la primera mitad. Nunca lo sabremos, pero tiene todo mi respeto porque éste sí se ve que es un entrenador que, se podrá equivocar o no, pero sí entiende de fútbol.

La segunda: ¿Desde cuándo Tele 5 es la televisión oficial del Atlético de Madrid? No lo sabía. Vaya vergüenza de retransmisión (yo terminé escuchando el partido por la radio). Imparcialidad al poder. Y objetividad en los medios de comunicación. Sí señor.

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